viernes, 1 de junio de 2007

Desertificacion



Es importante analizar el problema de la desertificación como un proceso dinámico, en el cual las causas enumeradas en el punto anterior interactúan entre sí, generando procesos de sinergia negativa que potencian resultados catastróficos en plazos relativamente cortos. Así, un fenómeno natural como la erosión se acelera por la forma en que el hombre trata a la tierra. Por ejemplo, la erosión hídrica se ve agravada por la tala de bosques, la escasez de vegetación producida por el sobrepastoreo y la falta de técnicas de cultivo correctas. A causa de esta combinación de fenómenos naturales e intervención humana, año tras año la erosión hídrica produce un arrastre de tierras que alcanza millones de toneladas.
El efecto de esta pérdida es irreversible porque el suelo se forma por meteorización de las rocas a lo largo de un tiempo geológico (miles de años), mientras que el hombre lo degrada en pocas generaciones
La erosión de un suelo de por sí pobre se traduce en disminución de la producción, por lo que los pobladores se ven obligados a ampliar sus propias fronteras productivas y, así, se origina un círculo vicioso que genera una pobreza y un deterioro ambiental cada vez más notorios. No podemos decir que los habitantes rurales ignoran este proceso de degradación, ellos son conscientes de las consecuencias, simplemente no tienen alternativas. La pobreza rural misma obliga a los campesinos a sacar lo más posible de sus tierras para dar de comer a sus familias en lo inmediato, aunque con ello estén echando a perder su subsistencia a largo plazo.
En el aspecto social, la degradación del suelo ejerce un efecto pavoroso sobre las comunidades rurales, iniciando una espiral viciosa de declinación de la calidad de vida en general: menos alimentos, menos educación, menos salud, menor expectativa de vida y, como colofón, la emergencia de un estado de resignación y fatalismo.
Otro efecto notorio son las migraciones, sobre todo de los jóvenes, quienes al no tener oportunidades de crecimiento socio-económico migran hacia los centros urbanos, quedando en los pueblos los ancianos y niños. Esta pérdida de la clase trabajadora ocasiona severas pérdidas en la comunidad, tanto desde el punto de vista económico como en su estructura social, patrones familiares y culturales.
Detallamos a continuación una serie de indicadores vinculados a las consecuencias de la desertificación:
Degradación de la vegetación: merma de especies, reducción de la cubierta vegetal, arbustización, disminución de especies palatables.
Degradación del suelo: decapitamiento de los perfiles de suelo, cambios físicos, químicos y biológicos, pérdida de nutrientes.
Aceleración de la erosión eólica (tormentas de viento, remolinos): exposición radicular, formación de lenguas de arena, dunas y pavimentos de desierto.
Aceleración de la erosión hídrica: remoción y desmoronamiento del suelo, formación de pedestales de rocas y plantas, acanaladuras, cárcavas, montículos residuales y pavimentos de desierto.
Degradación de los cursos de aguas superficiales.
Descenso de los niveles de agua subterráneas: profundización de las napas.
Salinización acentuada: exceso de sales, formación acentuada de costras de sal.
Xerofitización en diferentes grados.

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