miércoles, 30 de mayo de 2007

El impacto de la deforestación


Según la FAO, "el avance de la deforestación en el mundo es un problema de primer orden, no es una causa de la pobreza sino un efecto, como también lo es el aumento de la presión sobre los bosques para su explotación comercial, o del mal uso de los recursos. Y también es un resultado de políticas públicas mal formuladas o mal aplicadas".La organización internacional presentó la Evaluación de los Recursos Forestales Mundiales 2005 (FRA 2005), el estudio más completo realizado hasta la fecha sobre el patrimonio forestal mundial, su uso y valoración, cubriendo un total de 229 países y territorios entre 1990 y 2005. Durante el período de 2000-2005 la pérdida fue de 7,3 millones de hectáreas anuales, frente a una estimación de 8,9 millones de hectáreas entre 1990 y 2000. Es decir que, el ritmo de pérdida de superficie forestal disminuyó. Pero la región de América del Sur sigue siendo la más afectada del planeta por la deforestación, con una pérdida de 4,3 millones de hectáreas al año. En el sur del continente americano se concentra el 65% de la pérdida anual de bosques, y la deforestación ocurre sobre todo en la región amazónica, donde según Carlos Carneiro, Oficial Principal Forestal de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO por sus siglas en inglés), “se pierden 3,1 millones de hectáreas al año, es decir que ahí está más del 40% de la deforestación del mundo”.

En el caso de Misiones, para la ingeniera Beatriz Eibl, investigadora de la Facultad de Ciencias Forestales de la Unam, “nadie en estos momentos tiene la solución de lo que esta ocurriendo en la provincia, pero sabemos la importancia de perder la fuente de agua. La degradación de altas cuencas avanza, el cambio climático tiene que ver con la deforestación, y las consecuencias de la perdida de biodiversidad son irreversibles. Uno tendría que marcar los sitios estratégicos donde no se debería desmontar, empezando por proteger el agua, el suelo, ambiente”, indicó la especialista.

La intrusión acelera la destrucción de los bosques en Pozo Azul


En el tramo de la Ruta Prov. 17, a pocos kilómetros de la intersección con la 20, se evidencia la abrupta modificación de paisaje natural, y se evidencia la progresiva destrucción de los bosques naturales, debido al desmonte y el avance de la ocupación en propiedades privadas, en la mayoría de los casos para la preparación del suelo con destino al cultivo de tabaco. Se infringen leyes provinciales que protegen los recursos, ríos y arroyos. “La ley y la prohibición se aplica sólo a quien es propietario, y no hay solución para resolver el gravísimo problema de la intrusión”, se quejan los empresarios.

El problema de intrusión en Misiones es un tema sensible, que involucra un conflicto social importante y demanda una solución de fondo, tanto para los propietarios como para los ocupantes, dado que el Estado debe hacer frente a la pobreza extrema de las miles de familias que viven en la zona de Pozo Azul y que desde hace décadas no ingresan al sistema: carecen de agua potable, luz eléctrica, y como alternativa productiva -con un mínimo margen de rentabilidad- plantan tabaco. Según datos oficiales, son más de 6 mil familias las asentadas en la zona.

Los ambientalistas y los problemas ambientales

LoS Ambientalistas Y los Problemas Ambientales
Durante el siglo pasado, la Argentina, un país de tradición agropecuaria, vivió un proceso de creciente industrialización y concentración de su población en ciudades. Pero los problemas asociados con el crecimiento de estas urbes en varios miles de habitantes, no suele tenerse en cuenta. Nuestras ciudades han funcionado como aspiradoras de materia y energía: al principio agotaron los ecosistemas cercanos y más tarde, se lanzaron a extraer los recursos de los más alejados. Este proceso sin control ha dejado más de una región ecológica a punto de extinguirse.

Hoy y en el futuro tenemos la obligación de compatibilizar ese dilema generando una nueva cultura que supere la desconexión radical entre el afán destructor y devorador que tenemos principalmente en las ciudades, con las crisis socio-ecológicas que hoy contaminan no sólo el aire, agua y suelos, sino que también constituyen una amenaza creciente a la vida y bienestar de todos nosotros, los seres humanos.
Los ambientalistas han cumplido y debe seguir cumpliendo un papel clave en la sociedad. Sus acciones han mejorado la calidad de vida de mucha gente en todo el mundo, y una de sus contribuciones más importantes ha sido promover, y en muchos casos obligar, a buscar nuevas tecnologías que sirvan a las personas y al ambiente. No sólo para satisfacer las necesidades de las generaciones presentes sino para asegurar las necesidades de las futuras generaciones.